viernes, 22 de noviembre de 2013

El cometa ISON, ¿el Gran Cometa de 2013?



Por Oswaldo González Sánchez,
astrofísico y responsable de Didáctica del Museo de la Ciencia y el Cosmos.

Desde que fue descubierto en septiembre de 2012, mucho se ha hablado sobre el imponente brillo al que podría llegar el cometa C/2012 S1 ISON. Las primeras previsiones indicaban que sería unas 15 veces más brillante que la Luna Llena y, por tanto, visible a simple vista incluso de día. Pero poco se ha dicho sobre si realmente podremos verlo por muy brillante que llegue a ser.


Las primeras estimaciones de la órbita del cometa, cuando aún se encontraba a una distancia muy lejana al Sol, indicaban que sería un cometa que pasaría muy cerca sobre la superficie de nuestra estrella, y por tanto bastante alejado de nosotros, unos 150 millones de km. El 28 de noviembre, sobre las 19 horas, el cometa ISON pasará a 1,2 millones de km sobre la superficie del Sol, una distancia tan corta que, probablemente, si el tamaño del cometa no supera el kilómetro de diámetro, no sobreviva y se desintegre tras dicho acercamiento.

La predicción del brillo de los cometas es la asignatura pendiente en el estudio de estos cuerpos, pues hay infinidad de parámetros que hacen que cada cometa se comporte de forma diferente a los demás. Su tamaño, composición, la cantidad de materia volátil, una posible rotura del mismo, etc. hacen que de forma súbita aumenten el brillo o incluso desaparezcan. Este cometa que hoy viernes, 22 de noviembre, se encuentra a una distancia algo superior a la que separa Mercurio del Sol ya es visible, en teoría a simple vista pues tiene magnitud 3-4, similar al de una estrella débil visible desde una ciudad. Pero al estar tan cerca del Sol, y más que lo estará en los próximos días, se encontrará inmerso en la luz del crepúsculo matutino, por lo que difícilmente lo podremos ver si no usamos unos binoculares que nos ayuden.

El cometa será visible durante las próximas semanas sólo de madrugada, a excepción de unos pocos días después del 28, en el que también podremos intentar observarlo muy pegado al horizonte por la tarde, después del ocaso solar y con un crepúsculo muy intenso. La cola del cometa que ahora mide más de 4º será lo que más nos maraville de él, pues aunque el cometa se encuentre bajo el horizonte cuando todavía es casi de noche (sobre las 6:30), su cola podría ser visible, pues probablemente supere los 15º de tamaño (1/6 de la distancia desde el horizonte al zenit).

Durante el día clave, las últimas horas de la tarde del día 28, el cometa puede ser tan brillante que se podría ver en pleno día, eso sí, muy pegado al Sol, por lo que no recomendamos en absoluto dirigir ningún tipo de instrumento óptico para intentar observarlo. A lo sumo se puede intentar, con el brazo extendido, tapar el disco solar con la mano y probar a simple vista visualizar si se ve la cola del cometa partiendo del mismo, pero nunca apuntar con unos prismáticos. También y si no queremos correr riesgos, como el momento de máximo brillo coincide con la puesta de Sol en Canarias, podríamos ver dicha puesta de Sol y comprobar si hay un punto brillante con cola a su izquierda. Sería una escena digna de fotografiar, esperemos que el tiempo acompañe.

 Los momentos claves serán la madrugada del 28 y 29, y la puesta de Sol del 28 de noviembre.


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viernes, 8 de noviembre de 2013

El satélite GOCE reentra en la atmósfera terrestre



Por Oswaldo González Sánchez,
astrofísico y responsable de Didáctica del Museo de la Ciencia y el Cosmos.
 
A finales del pasado mes de octubre, los motores del satélite GOCE (Gravity Field and Steady-State Ocean Circulation Explorer, el Explorador del Campo Gravitacional y de la Circulación Oceánica) dejaron de funcionar por falta de combustible. Ahora es precisamente la misma gravedad terrestre que ha estado estudiando durante más de cuatro años la encargada de su final.



GOCE fue lanzado el 17 de marzo de 2009 y aunque, en principio, su objetivo era estudiar durante 20 meses la gravedad terrestre y las corrientes oceánicas, ha superado con creces dicho periodo, llegando a los 55 meses actuales hasta agotar todo el combustible disponible. Su órbita de funcionamiento era bastante baja, poco más de 250 km sobre la superficie terrestre, una altura necesaria para obtener gran precisión en sus medidas. Actualmente, sin combustible, la fricción con las capas más tenues de la alta atmósfera disminuye rápidamente su velocidad, describiendo espirales descendentes hasta que finalmente reentre en la atmósfera y se desintegre gran parte del mismo. Se estima que el 25% de su masa de más de una tonelada sobrevivirá a la desintegración, lo que provocará que entre 40 y 50 fragmentos alcancen la superficie terrestre.


La reentrada de un satélite es todo un espectáculo. Podríamos ver cómo la atmósfera frena de forma brusca la alta velocidad, superior a los 7 km por segundo, que posee este satélite, provocando en él un aumento tan elevado de su temperatura que comenzaría a desintegrarse a unos 80-90 km de altura y llegaría a ser visible a simple vista en un cielo despejado. Sólo hace falta que eso ocurra cuando esté situado sobre el horizonte desde el lugar donde se esté observando, y eso es lo difícil pues lo normal es que sólo pase una o dos veces al día sobre un lugar determinado de la superficie terrestre y no más de cinco minutos en cada ocasión. Vamos, una lotería.

GOCE tiene una órbita polar que recorre en poco menos de hora y media, pudiendo caer en cualquier punto de nuestro planeta. Sólo cuando la órbita se sitúe por debajo de los 150 km de altura es cuando se puede hacer una estimación bastante fidedigna de la hora y la zona probable de impacto. A día de hoy (viernes 8 de noviembre) con una altitud de casi 180 km, se estima que la reentrada ocurrirá en torno a las 13:37h del próximo 10 de noviembre, con un margen de error de +/- 25 horas.

Para poder verlo tiene que coincidir su reentrada con el momento en el que esté sobre el horizonte y esto ocurre en Canarias únicamente en cuatro ocasiones durante el intervalo actual de 50 horas previsto para su reentrada (ver tabla).


Si tenemos la suerte de que su reentrada ocurra cuando pase sobre Canarias (especialmente en su  paso durante la noche del día 10), podríamos observar un bello espectáculo. Solo se necesita observar cinco minutos antes y después de dicha hora y comprobar si en el cielo diurno o nocturno una bola de fuego se fragmenta en varios pedazos, atarvesando el cielo durante pocos minutos. Lo mejor es utilizar unos sencillos prismáticos para abserarlo. Esta es una buen excusa para realizar una salida y observar nuestro fantástico cielo, con Venus y la Luna creciente como objetos más destacables. Suerte y buena observación.

Tendrás información actualizada de este evento en :
elplanetarista.blogspot.com.es