martes, 22 de febrero de 2011

Magnífico video... no somos nadie

Excelente video sobre los tamaños en el universo, muy didáctico.

Canarios en Malaspina
















Los 18 científicos que partieron desde Gran Canaria el pasado mes de enero a bordo del Buque Oceanográfico Sarmiento de Gamboa, para unirse a la expedición de circunnavegación Malaspina 2010, comentan sus actividades en el Océano Atlántico en un blog que se encuentra publicado en la página de la expedición y que cuenta con la siguiente dirección: http://www.expedicionmalaspina.es/Malaspina/Main.do#content:Blog:ident:22

La expedición Malaspina ha sido puesta en marcha por el Ministerio de Ciencia e Innovación para medir el cambio global en el océano y explorar su biodiversidad y está liderada por el investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Carlos Duarte. En estos momentos, y hasta mediados del mes de marzo, se encuentran a bordo del Sarmiento de Gamboa un equipo de 18 científicos, de los cuales 6 son biólogos y físicos de la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, equipo que está liderado por el Catedrático de la ULPGC, Alonso Hernández Guerra.

Estos científicos realizan el tramo 8 de la expedición Malaspina que partió de Las Palmas de Gran Canaria el pasado 27 de enero, y que acaba de completar la primera parte de su investigación en el centro de la Dorsal Mesoatlántica. Esta Dorsal separa las cuencas este y oeste del Giro Subtropical. En esta dorsal se ha conseguido un record del buque por haber muestreado a 5.910 metros de profundidad.

Este tramo de la expedición Malaspina consiste en la realización de estaciones oceanográficas desde la superficie hasta el fondo del océano midiendo temperatura, salinidad, dióxido de carbono, entre otros, y ya están evaluando los efectos del cambio climático en esta cuenca. Los investigadores que se encuentran embarcados provienen de distintas instituciones españolas: ULPGC, Instituto Español de Oceanografía (IEO), Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Universidad de Cádiz.

Como muestra de las aportaciones de los científicos en el blog, la toma de muestras es redactada señalando que: “Con cuidado y sigilo, empezamos a batir récords de 10 metros en 10 metros en estaciones consecutivas, como el famoso pertiguista Sergéi Bubka, que cada vez que batía un record dejaba de competir. Empezamos con 5.881 metros en la estación 46, récord alcanzado; 5.894 en la estación 48, nuevo récord; 5.909 metros en la estación 49, nuevo récord; 5.915 metros en la estación 50, ¡último récord logrado!”.
Un día normal de actividad
En otro texto, Lola Pérez, que acaba de obtener una beca de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI) para realizar su tesis doctoral, nos describe cómo es un día “normal” para ella:
“Un día normal para mí, que trabajo en la parte física, consiste en despertarse a las 7:15 para ir a la guardia. Yo tengo guardia de 8 a 12, tanto de la mañana como de la noche. Los turnos que me suceden son de 12 a 4 y de 4 a 8. No me puedo quejar del turno que me toca, es el menos duro y el más acompañado (es decir, vigilado, shhh); de algo tenía que servir ser la más novata del grupo de física.
Desayuno a las 7:30 con la gente que también entra en guardia a las 8, salvo los domingos, en los que hay gente que es capaz de empatar dos turnos para poder desayunar chocolate con churros. Aunque la guardia empiece a las 8, se llega diez minutos antes, porque el pobre que lleva ahí cuatro horas está frito por irse a dormir. Así que llegas a menos diez y preguntas qué ha pasado durante el turno anterior. Esto se pregunta porque hay cambios de sensores u otros problemitas varios que hay que conocer cuando estamos de guardia para vigilarlos de cerca o solucionarlos.
¿En qué consiste una guardia de CTD? Cuando llegas a la estación, en preparar la roseta para bajarla, despertar al LADCP, que se duerme si no está trabajando, y lanzarla al mar. Una vez en el agua, vigilamos desde el ordenador que los datos que recopila durante el descenso y el ascenso son correctos. Al aproximarse al fondo del océano, procuramos que la roseta quede a 10 metros para obtener la mayor cantidad de datos posibles sin arriesgarnos a que se golpee contra el fondo (es que luego se amula y no funciona ni el LADCP ni los sensores). Durante el ascenso, nos encargamos de cerrar botellas Nisquin a profundidades determinadas, parando la subida en ellas para que la turbulencia no afecte a las medidas. En total, la subida y bajada de la roseta dura 4 horas y pico si hablamos de una estación profunda. Posteriormente, subimos la roseta abordo, recopilamos la información del LADCP y procesamos los datos para obtener transporte (cantidad de agua que se mueve entre esa estación y la anterior) y velocidades. En algunas estaciones lanzamos boyas Argo, que hay que activar previamente, derivadores lagrangianos o boyas SMOS.

Aunque salgo a las 12, me suelo quedar trabajando, porque a la una y media se come, ¡y cómo de bien se come! Luego, aprovecho para descansar un rato viendo una película, haciendo algo de deporte (en un mini gimnasio) o hablando con la gente. Después, me siento otra vez a trabajar en mis artículos de investigación, uno de una campaña anterior y otro con datos Argo. Cuando miro el reloj ya son las 19.30, hora de cenar, para ir corriendo a la guardia a las 20. A las doce salgo de guardia y a la cama, que las horas de sueño están contadas”.